El equipo balcánico es un ejemplo claro de lo que un debutante puede hacer en una Copa del Mundo: en 1998 tomó al mundo futbolístico de rehenes, logrando un histórico tercer puesto que fue logrado en base a los goles de Davor Suker. Hoy, ya establecidos como un equipo talentoso y trabajador, vuelve a enfrentarse a Argentina (como en 1998) y a Islandia (como en la eliminatoria).

¿Cómo clasificaron?

Croacia también fue parte del complicado grupo I que terminó ganando Islandia, con Croacia en segundo lugar. De esta manera, terminaron yendo a la repesca, enfrentando a Grecia. Con un contundente 4-1 de local, y con un 0-0 de visitante fue suficiente para que los croatas logren su pasaje de avión a la copa del Mundo de este año.

¿Cómo le fue en Mundiales?

Debutando en 1998 con una victoria ante Japón, pocos imaginaban que ese equipo lograría el tercer puesto, perdiendo ante Francia en semifinales y logrando la medalla de bronce ganándole categóricamente a una de las últimas selecciones de Holanda en demostrar muy buen juego. Posteriormente las actuaciones fueron mucho más deslucidas, sin lograr superar jamás la fase de grupos, tanto en 2002, 2006 y 2014.

Ivan Rakitic es el acompañamiento de Luka Modric en la medular croata. Foto: Mexsports

¿Como juega?

Zlatko Dalic asumió las riendas de una Croacia en crisis dos días antes de su último partido eliminatorio ante Ucrania, de visitante. Logrando la victoria y la clasificación en play-offs, Croacia tiene los elementos y los jugadores para ser una selección vistosa y difícil de vencer, pero conflictos internos, políticos y hasta con los mismos fans croatas hacen que sus estrellas no logren replicar el buen juego que tienen individualmente en sus equipos en su selección nacional.

¿Quienes son sus figuras?

El mediocampista del Real Madrid Luka Modric y su contraparte del Barcelona Ivan Rakitic son los jefes de la zona medular croata, manejando el tiempo y los hilos de este equipo. Ivan Perisic da explosión por las bandas mientras que el experimentado Mandzukic es la referencia en ataque. Es quizás la última chance de esta generación de replicar lo que Suker y Prosinecki hicieron 20 años atrás.